Una LAN (Local Area Network) o red de área local permite la interconexión de recursos (como archivos de datos, impresoras y accesos a Internet, etc…), así como la compartición de los mismos entre los diferentes terminales conectados en la red.
La compartición de archivos es posiblemente la mayor de las aplicaciones de una red local. Por ejemplo permite que las modificaciones a una base de datos por parte de una serie de usuarios, desde diferentes terminales, quede automáticamente disponible para el resto.
La impresión en red se puede configurar, o bien conectando la impresora a un equipo que actúe como servidor de impresión (un ordenador configurado adecuadamente), o bien conectando dicho recurso (impresora), directamente a la red por medio de una tarjeta especial o compartidor de red (en caso de que la impresora lo permita). Con esta segunda opción incrementaremos las prestaciones de la red al no sobrecargar el funcionamiento de un terminal.
El acceso a Internet a través de una red local permite que todos los usuarios se conecten a Internet a través de un dispositivo común sin necesidad de utilizar un modem o dispositivo personal para cada usuario.
Los dispositivos de conexión suelen ser routers de banda ancha o ADSL En estos casos la conexión a Internet es permanente y más rápida, lo que agiliza tanto el correo electrónico, la navegación por la red así como la búsqueda de datos y posibilita el acceso a servicios de información en tiempo real.